Según el último estudio publicado por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma) un 25 por ciento de las personas de la tercera edad que viven en residencias, viven con sujecciones físicas.
«Existe un excesivo uso de sujeciones físicas en residencias para adultos mayores», advierte Ceoma en su Guía para Personas Mayores y Familiares. Suelen utilizarse para prevenir accidentes en personas en riesgo de caerse. Sin embargo varias organizaciones que trabajan con personas de la tercera edad, buscan otras alternativas, pues está demostrado que restringir el movimiento en un adulto mayor conlleva muchos riesgos.
Enrique Vaquerizo, responsable de comunicación de la organización “Amigos de los Mayores”, dijo que se debe velar por proteger la dignidad e integridad de las personas de la tercera edad. «Se deben buscar alternativas, que conlleven mayor atención y cariño», puntualizó.
Entre las alternativas recomendables destaca la sensibilización de las personas que atiende a los adultos mayores, el análisis de la situación de cada interno, atención de los familiares y el control de las posturas del dependiente en las sillas o butacas. «Muchas veces es cuestión de que el personal asuma otras alternativas y se sienta respaldado por la familia», recomienda Ceoma.
Uno de cada cuatro
Según el último estudio elaborado por esa organización, «el 25% de los mayores dependientes que viven en residencias, son sometidos a sujeción física». El porcentaje en las casas varía mucho. «Siempre se esgrimen razones de seguridad para los enfermos, muchas veces por cuestión de conveniencia de los cuidadores», apunta Ceoma.
En Cataluña, por ejemplo, uno de cada cinco ancianos que vive en una residencia es sometido a una sujeción física, cifra que empieza a descender gracias a las recomendaciones de la Consejería de Bienestar Social de la Generalitat.
Según el informe titulado: «Uso racional de las contenciones físicas» la cifra se eleva a un 35,5%en pacientes que padecen alguna demencia.
Pero ¿es recomendable la utilización de esta metodología en adultos mayores? Está demostrado que aquel adulto mayor cuya movilidad se ve restringida se enfrenta una pérdida de autonomía, dignidad y autoestima.
Los efectos de la sujeción
De hecho, el uso rutinario de las sujeciones puede implicar efectos tanto físicos como psicológicos. Entre los primeros se pueden destacar: úlceras por presión, infecciones, incontinencia urinaria y fecal, estreñimiento, pérdida del tono muscular, atrofia y debilidad.
Entre los efectos psicológicos destacan: el miedo, la vergüenza, la agresividad, la depresión, el aislamiento social, entre otros. «La formación y asesoramiento a organizaciones y residencias pueden cambiar esta realidad».
El vicepresidente de la Ceoma, Modesto Chato, recalcó la importancia de que se tome conciencia de la «relevancia de regular el uso de sujeciones físicas y farmacológicas -mediante medicamentos- en personas mayores institucionalizadas».
La Ceoma entrega acreditaciones a aquellas residencias que llegan a ser «centros libres de sujeciones». Residencias como la de Sanitas Residencial Santander, cuentan ya con esa credencial. Dicha institución pudo eliminar el uso de sujeciones. La eliminación de estas se logró mediante un proceso gradual y de atención personalizada en cada caso.
Si quieres saber más puedes descargar este ebook gratuito pensado para profesionales y usuarios interesados.
[cta id=”17059″ align=”none”]