El modelo de atención centrada en la persona forma parte de las últimas tendencias en cuidado de ancianos y/o dependientes y valores coherentes con este modelo se ponen en práctica en las residencias de mayores asociadas a Lares CV.
Se trata, como su propio nombre indica, de un sistema de atención que considera, preferentemente, la singularidad intrínseca de cada persona. Parte de que cada persona es única y diferente y, por estos motivos, merece una atención especial, la cual, por otra parte, será la que facilitará el éxito de los tratamientos aplicados. Se soslayan, consiguientemente, ciertas prácticas asociadas al modelo de atención paternalista, el cual implicaba una concepción del interno como mero receptor de servicios.
Sus principios rectores derivan de la centralidad de todos los aspectos personales. En este sentido, la dignidad constituye el más significativo. Toda persona, más allá de sus condiciones particulares y peculiares, debe ser tratada con respeto. Asimismo, se tendrá especial cuidado en procurar unas condiciones que favorezcan el bienestar y la calidad de vida.
Por otro lado, esta importancia que se confiere a la personalidad implica que, a pesar de las dificultades implícitas en el envejecimiento y del deterioro mental y físico que sufre cada persona, se ha de facilitar, en la medida de lo posible, la autonomía del individuo. Esta realización personal tiene como importancia principal, el mantenimiento y la mejoría de la salud física y mental del anciano y/o dependiente, puesto que se potencian sus aptitudes y una actitud colaborativa ante los procesos de ayuda. Además, aunque el anciano se encuentre en condiciones de dependencia para realizar determinadas actividades, siempre se puede acceder a un grado de autonomía que sea satisfactorio para él y los trabajadores de las residencias para mayores.
La promoción de esta autonomía está vinculada igualmente al contexto en el que desarrollan su vida los ancianos. Sin duda, una persona es un ser social, por lo que una parte esencial de su realización tendrá que ver con las relaciones que establece con los demás. Para que el anciano este en un estado de bienestar y cómodo, se intentará promover la interacción con el resto de compañeros y los trabajadores (tanto profesionales como voluntarios) de las residencias. Por lo que respecta al elenco profesional, el equipo humano ha de realizar un constante chequeo de la implementación de su modelo de atención centrada a la persona, de manera que su motivación constituirá un factor clave en el éxito.
La rutina del día a día se torna, por tanto, fundamental para que el anciano adquiera el control sobre distintas acciones básicas de su vida. En este aspecto, ostentan una relevancia las instalaciones de los centros, ya que deberán estar adaptados de forma que les sea fácil realizar las acciones más básicas. En definitiva, la atención centrada en la persona supone un paso adelante en el tratamiento y bienestar de los mayores, puesto que se hace hincapié en la adaptación del modelo de asistencia a las circunstancias específicas del anciano.