Úlceras por presión en ancianos

Cuando los ancianos tienen una movilidad reducida o pasan las mayor parte del tiempo en la cama o sentados en la misma posición, es muy probable que les aparezcan en la piel úlceras por presión.

Úlceras por presión, ¿qué son?

Son áreas de la piel con heridas que se producen cuando un anciano se encuentra mucho tiempo encamado y en la misma posición. Al estar siempre postrado en la misma posición y sin moverse, hay zonas del cuerpo que ejercen presión en un mismo lugar, lo que ocasiona, que la sangre no llegue bien a estos lugares y, en consecuencia, aparezca una llaga en forma de herida muy molesta para el enfermo.

Se debe de tener mucho cuidado con las úlceras por presión, ya que pueden ser peligrosas dependiendo de la superficie afectada y de las heridas que hayan salido. Debemos tener en cuenta que puede aparecer una úlcera aunque no se produzca una herida en el cuerpo. Si sospechamos que puede haber aparecido una o varias en el cuerpo del anciano, deberemos contactar con el médico habitual para que nos indique como actuar frente a ellas.

Las llegas por presión pueden llegar a ser muy profundas y afectar al músculo. Es muy importante que se traten debidamente, ya que si no, se pueden infectar y ser muy dolorosas para el paciente.

Llagas por presión, ¿dónde suelen aparecer?

Pueden aparecer en los lugares del cuerpo más huesudos y que están en contacto directo con la cama o la silla, provocando una mala circulación de la sangre. Las zonas más comunes suelen ser los tobillos, caderas, el final de la columna, los omoplatos o la zona de detrás de las rodillas o la cabeza. Es decir, como hemos comentado anteriormente, las zonas que más en contacto están con la superficie en la que están tumbados y que menos músculo y grasa pueden tener.

Úlceras por presión: tratamiento

Una vez han salido las llagas por presión, el tratamiento que deberemos aplicar será aliviar lo máximo posible las zonas dónde han salido las llagas. Para ello, bastará con alzar con cojines las zonas de alrededor para que no estén en contacto directo con la cama o la silla.

Siguiendo los consejos que nos ha facilitado el médico, y si la úlcera se ha infectado, habrá que curarla con los productos indicados, así como mejorar la alimentación para que la circulación de la sangre sea mejor. Si el paciente tiene enfermedades cardiovasculares, deberemos consultar con el médico el tratamiento a seguir.

Para evitar la aparición de las úlceras, en la medida de lo posible, deberemos mover al paciente o anciano cada 2 horas. De esta forma evitaremos que las zonas más comunes donde aparecen no estén en contacto directo demasiado tiempo con la zona de reposo.

Llagas por presión: ¿cómo las curamos?

Las debemos limpiar habitualmente para que no se infecten ni queden tejidos muertos en la herida. Se deben cubrir con una venda o gasa y mojarlas con suero fisiológico, además de evitar el contacto directo con la cama o silla alzándolas con espuma.

También deberemos tener mucho cuidado con que el vendaje no se pegue a la herida, ya que puede ser muy doloroso para el afectado. Si esto sucede, el médico nos puede facilitar una medicación para apaciguar el dolor.

Siguiendo estas pautas podremos evitar que no aparezcan llagas por presión y que sean lo menos dolorosas posible en el caso de que aparezcan.



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